Marchamos a Torres Vedras

Todo preparado, a última hora como siempre después de cenar, después de ver la tele y justo antes de meterme a dormir, cuando ya no se puede dejar para más tarde, ahí es cuando me pongo yo hacer la maleta. Lo sé, no es el mejor momento para prepararla,pero como sprinter de la vida me gusta apurar hasta el último momento, como en la foto finish , el golpe de riñón y todas esas cosas. Mañana no toca madrugar mucho, pero aunque el día no comience demasiado temprano, se hará largo igualmente. Viajecito de 8 horas hacia Portugal, montar al coche, contar alguna chorrada con los compañeros, intentar dormir, jugar al móvil hacer cualquier cosa para intentar que se pase el viaje lo más rápido posible mientras paramos de gasolinera en gasolinera. Una vez que lleguemos allí, lo de siempre: coger la bici y a deshinchar un poco las patas del viaje, esto no sé si lo conseguimos, lo que si hacemos es dar una vuelta por la ciudad a ritmo caribeño, viendo el ambiente que hay por la zona. Luego cenita y al día siguiente guerra.

A la vuelta del trofeo Agostinho os contaré las experiencias vividas.